Yihadistas de barrio

  Supongo que a estas alturas todos vosotros habréis leído lo del sueco al que detuvieron ayer en Barcelona tras robar un camión de butano. Es la típica noticia que parece poco más que una anécdota, algo para rellenar hueco en los noticiarios, pero lo cierto es que ha dejado muy alto el listón de las juergas. De hecho, muy probablemente la edición del próximo año del 'Diccionario de Expresiones de la Lengua Española' incluya su foto debajo de la reseña dedicada a 'Irse de las manos'.

  Y aún ha tenido suerte. Independientemente de la condena que le pueda caer por atentado, hurto y demás, el amigo se ha librado por poco de que le peguen un tiro por yihadista. Y es normal. De un tiempo a esta parte, estamos asistiendo a unos atentados tan originales que, ahora, a cualquier alienado le pueden confundir con un lobo solitario del Daesh. ¿Os acordáis del tipo ese que entró en un Mercadona de Ourense hace un mes y pico?. Pues por poco se lo cargan. y todo por estar mal de la cabeza y hablar vasco a la vez. Cuando yo era niño, nos habríamos reído de él, y como mucho se habría llevado una pedrada. Lo que se ha hecho siempre con el tonto del pueblo, vaya.
  Hoy podrías morir por eso.

  A veces me fijo en algunos internos, de los que llevan muchos años sin salir a la calle. Están en el salón sociocultural,  que es como llamamos en el Centro a la sala que hay en todos los patios para ver la tele y jugar a las cartas, viendo las noticias de bombas y masacres del telediario con los ojos como platos. Si se dan cuenta de que los estoy observando, me miran y comentan asustados:

 - ¡Como está la calle! ¡Si es que no se puede salir!- Hombre, tú en concreto no, que aún te quedan cinco años por cumplir, es lo primero que me viene a la mente. Pero luego lo pienso y me digo a mi mismo que tienen razón. En el momento en que cualquiera de ellos, delgados y renegridos como son, con sus barbas sin afeitar  y enjutos a golpe de SIDA, se plante delante de un banco con una recortada, ha firmado su sentencia de muerte. Y que no se les ocurra decir nada en plan 'la bolsa o la vida', que con esas bocas desdentadas los policías van a creer que hablan árabe, y su vida durará lo que tarden en llegar los GEOS.

 Pero sobre todo, hoy he recordado a un interno en concreto. No le tuvimos entre nosotros mucho tiempo, y no recuerdo su nombre. Era de un país musulmán de Asia, de esos que acaban en -an, tampoco recuerdo cual. Y estaba muy loco. Pero loco de verdad, de cortarse su propio pene en comisaría como método de protesta. Tampoco es que en el patio fuese a tener mucha oportunidad de usarlo, esa es la verdad, pero el pizarrín de cada uno es una de esas cosas que aunque no la vayas a utilizar para nada, agradeces tenerla contigo.

  El pobre deambulaba por el patio hablando solo, sin parar. Un día, un compañero y yo le preguntamos a un marroquí si nos podía traducir lo que decía, pero el tipo nos dijo que no tenía ni idea, que eso que hablaba no era árabe. Así que quizá hablaba solo porque no tenía nadie que le entendiese, quién sabe. El caso, a lo que voy, es que éste sí que tenía pinta de terrorista. Con su chilaba blanca, su gorro de ganchillo blanco también y su barba hasta el pecho, en el momento en que saliera a la calle iba a tener un agente siguiendo sus movimientos sí o sí. Y esa costumbre suya de pararse cada cuarto de hora, ponerse de rodillas y hacer el Zhagarit, que es ese chillido que hacen las mujeres árabes moviendo la lengua hacia los lados.  Vaya sustos que nos pegaba al principio.
 Al tercer o cuarto chillido deseabas que se hubiera cortado la lengua en vez de la chorra.

  Un buen día, vinieron los de extranjería y se lo llevaron para deportarlo a su país, cualquiera que éste fuese. En el momento me dio algo de pena. Ese tipo necesitaba ayuda y medicación, y al menos nosotros le proporcionábamos lo segundo. A saber en su país lo que le esperaba.

  Pero ahora, tal y como están las cosas, me doy cuenta de que fue lo mejor para todos. En su tierra no sería más que el tonto del pueblo, y a lo sumo se llevaría un cantazo. Aquí, en cuanto hubiese salido a la calle y pegado un alarido, el mismo Guardia que está en la entrada lo habría frito a tiros.





  P.S. Volviendo a lo del sueco, si tenemos en cuenta también que hizo caso omiso de las órdenes de detenerse de la policía, lo mismo también aparece su foto bajo el epígrafe 'hacerse el sueco'. Debe ser una especie de récord.

Comentarios

  1. Jajajja, me encanta!!.
    El día que saque la opo, llevaré impresos todos tus blogs, bien encuadernados, y habrá que coincidir para que me los dediques.
    Gracias por cada entrada, animan y ayudan muchísimo.

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  2. Me han propuesto editar todas estas chorradas en forma de libro. Si realmente eso acaba llevándose a término, te aseguro que te regalaré uno dedicado.

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  3. Ole! Ole!!!!.
    Graciasss!!!Apuntado queda :)

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