Intermedio

 


Sobre la cárcel arrecia el aguanieve. La mayor parte de los internos han preferido quedarse en sus celdas y no salir al patio, así que en la cabina de los funcionarios estamos relativamente tranquilos. Y como hace un frio que pela, nos aburrimos, y además se da la poco frecuente circunstancia de estar prestando servicio cinco funcionarios varones ninguno de los cuales tiene ni puta idea de fútbol, pues Lino, uno de nosotros, intenta animar la conversación hablándonos de la chica más guapa que frecuenta en verano la piscina de su urbanización.

- A ver, pues describela un poco. ¿Rubia, morena?-

- Es morena, - empieza Lino. Lino es un turolense muy gracioso, que se parece a José Sazatornil pero en joven. Si es que es posible parecerse a José Sazatornil en joven, que esa es otra- y en verano lleva siempre un trapo atado en la cabeza, así en plan años 50. Y algún tatuaje. Y físicamente es perfecta, está tan bien que a mi realmente no me atrae... O no me atraería si no fuera por su actitud.-

- Ah... ¿Y cuál es su actitud? ¿Te ha guiñado el ojo?-

- ¿Se ha sacado el tanga y lo ha usado de tirachinas para lanzarte mensajitos picantes?- (Esto lo dije yo, que debo ser el único al que se le ocurren esas memeces) 

 - No... A ver. Por ejemplo, este verano, en la escalera de bajada a la piscina, mi hija pequeña se cayó al suelo y se puso a llorar. Dió la casualidad de que ella venía bajando justo detrás y, cuando recogí a mi hija, ella pasó al lado y me dijo 'gracias'. Y yo me quedé pensando, 'pero subnormal, que he cogido a mi hija del suelo porque estaba llorando, no para que tú pudieses pasar'. Tiene esa actitud de 'soy la reina de la urbanización'. Y eso es lo que me excita. Esa unión de estar muy buena y ser completamente gilipollas me pone a mil por hora... No sé, supongo que es raro.-

- Qué va. Es lo más normal del mundo. Si yo te contara... - Comentó Fran, que ya lleva dos divorcios. - Vaya, que en mi caso ni demasiado buenas estaban. Pero gilipollas sí que lo eran.- Aquí nos reímos todos bastante. 

Lino continuó su historia. 

- Y luego está su novio, que va siempre pegado a ella. Un culturista que se pasa el día arreglando un coche deportivo que tiene, en la calle misma de la urbanización.-

- Uf, encima rarita. Un cachas reluciente de grasa con un coche deportivo. No sé a qué clase de mujer le puede gustar eso. Seguro que es una depravada.-

Aquí sí que ya hubo carcajadas. Lino pareció mosquearse un poco, pero vaya, que estábamos simplemente pasando el rato. Tampoco nos estábamos revelando nuestros fantasmas interiores. Aunque al final, continuó con su historia. 

- Y el novio es igual de gilipollas que ella, o más. Ahora son los dos negacionistas.-

- Porque les has propuesto alguna guarrerida y te han dicho que no, no nos cuentes más.- (Más risas) 

- Idos a tomar por culo. No os vuelvo a contar nada.

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