Nocilla
Estaba dándole vueltas a la cabeza, pensando en contaros cosas de mis primeros días en esta empresa. La primera cárcel en la que trabajé era un edificio impresionante, casi centenario. Parecía que el arquitecto responsable de su estructura fuese a la vez el dueño de la cantera local, tal era la cantidad de roca usada en sus muros, y a la vez accionista de la herreria del pueblo, por la cantidad y calidad de los forjados tipo art-decò que formaban pasillos y escaleras interiores. En el interior del edificio principal, y en cada una de las dos alas que lo formaban, se elevaban tres plantas de galerías formadas por dos pasillos laterales cada una con un vano central, que dejaba diáfano el espacio hasta el tejado, más de veinte metros por encima de mi cabeza. El entorno ideal, pensé con aprensión la primera vez que entré, para una lluvia de rollos de papel del culo en llamas, al grito de 'CARNE FRESCAAAA!!. Lo que todos hemos visto en mil películas ,vaya. Pero las cosas no son así, c