Narco X
En el módulo de enfermería, las cosas fueron rápido. Se presentó al funcionario, un cincuentón escuálido con un grueso bigote amarillo por el tabaco y unas gruesas ojeras violetas por la falta de sueño. Tenía un aspecto igual de malo o peor que cualquiera de los internos que pasaron a su lado, y de no ser por el uniforme, hubiera sido fácil confundirlo con uno de ellos. El funcionario encargado del departamento de enfermería le tomó la filiación, y le ordenó que pasara a una sala de espera. Poco después, un auxiliar de enfermería le hizo pasar a una consulta, donde una doctora le preguntó cuatro cosas referentes a su estado de salud, lo auscultó, hizo un par de anotaciones en su expediente, y lo despidió. Fuera, en la sala de espera, el interno ordenanza del módulo le acompañó hasta una celda en la que, dentro de un saco negro de plástico, encontró todas sus pertenencias. El ordenanza lo dejó sólo, y se acabó. Jaramillo pasó unos minutos revisando el contenido de la bolsa, no f