Encerrado
En el episodio de hoy de 'Confesiones en la cabina del funcionario', nos dejamos de charla y nos ponemos a trabajar. Porque la mitad de la plantilla sigue de vacaciones y me toca comerme a mi solito un módulo con 105 internos, si. Pero también porque en la dirección del centro y en la Secretaría General de instituciones Penitenciarias consideran que no tenemos una excesiva carga de trabajo, y se entretienen encargándonos tareas absurdas. Un ejemplo. Las cabinas desde las que los internos llaman a sus familias registran las llamadas. Además, los números a los que pueden llamar son autorizados previamente e incorporados a un listado. Y, más aún, desde hace unos meses se prohibieron las tarjetas telefónicas (¿os acordais? Eran estas que se compraban en estanco para pagar en las caninas telefónicas. Por cierto... ¿ Os acordais de las cabinas telefónicas?) Bueno, pues ahora cada interno tiene un código numérico personal recargable que tiene que introducir en la cabina previamente a