Tráfico interno IV
La puerta de la Jefatura de Servicios estaba abierta, así que entré sin llamar. Sentado en su despacho, Jorge almorzaba un sandwich de pavo. Saqué el vibrador de la bolsa en la que había tenido la precaución de esconderlo, y lo posé ante él, en su mesa. Vertical y magnífico, erguido sobre su base. Jorge abrió un poco los ojos, en un gesto de contenida sorpresa, y me miró en silencio, mientras daba un bocado a su almuerzo y comenzaba a masticar. - ¿Que hacemos con ésto, Jefe?.- Pregunté directamente. Jorge siguió masticando despacio, mientras observaba la 'herramienta' con aire pensativo. Finalmente, tragó el bocado de pan y pavo. - Nada, espero. Al menos así en frío. Pero si empiezas con un besito...- Y me miró burlón. No pude evitar reírme. La verdad es que mi pregunta no había sido la más adecuada. Moví una de las sillas del despacho y me senté ante él. - Bueno, lo que quería preguntarte es si esto es un objeto prohibido.- Jorge posó su sándwich sobre una servilleta