Master Chef
Poco después de que Aquilino abandonase mi oficinilla, entró Alfredo, el cocinero. O Alfreddo, si atendemos a su forma de firmar. En concordancia con los días de luto que vivíamos, vestía un conjunto de 'chef' de dos piezas, completamente negro. Y ajustadito, como el auténtico 'ninja' de los fogones que pretendía ser. No estaba mal, sobre todo si lo comparabas con los lisérgicos colores de sus demás chaquetas, una gama cromática digna de una Ágata Ruiz de la Prada surfeando en un mar de LSD. Sería fácil decir que Chicote había sido una mala influencia para Alfreddo (no sé qué me da el escribirlo así, pero sé que a él le gustaría), pero toda esta historia sucedió hace mucho tiempo, bastante antes del auge de los cocineros estrella que padecemos hoy día. Así que supongo que esta afinidad estética de ambos fue fruto de la casualidad, o bien alguno de los cocinillas que tan profesionalmente arrugan la nariz con desagrado en 'Master chef' tienen un sórdido pasad